La diferencia fundamental de las baterías inteligentes con respecto a las que no lo son, es que este tipo de baterías, constan con circuitos especializados que no solo realizan las funciones básicas de regulación en cuanto a ciertos parámetros eléctricos de las baterías, y que ya hemos señalado, sino que además, permiten monitorizar dichos parámetros tanto en tiempo real como a posteriori almacenando la “historia” de su comportamiento. Mediante este sistema “inteligente” no sólo es posible medir, sino también, “personalizar” los parámetros de explotación de la batería en cuestión; Tensiones máxima de Carga por celda, Corrientes máximas de descarga, Corrientes máximas de carga, Protección a sobrecargas tanto en tensión como en corriente, Carga almacenada residual, Temperaturas de explotación a que se ha visto expuesta, y un largo listado de parámetros pueden ser objeto de monitorización y regulación